Para empezar, hablemos de dinero. El dinero tradicional es un activo liviano aceptado como medio de pago respaldado por entidades centralizadas de confianza (bancos).
Hasta hace medio siglo el valor del dinero emitido (de curso legal) estaba respaldado por algo universalmente aceptado como valioso, por ejemplo, el oro. Esto se conoció como el patrón oro. Desaparecido el patrón oro, el valor del dinero circulante reside en las entidades de confianza que lo emite, generalmente bancos centrales y gobiernos. Desaparecido el patrón oro el dinero ya no está respaldado por nada, por eso se habla de dinero fiat.

La expresión “fiat” proviene del tercer versículo bíblico del libro del Génesis (1:3) Dios dijo: “Que haya luz”, y hubo luz. El dinero fiat tiene ese nombre porque existe por decreto, por orden de una autoridad central (un gobierno). El dinero fiat es centralizado.
Las criptomonedas son activos digitales que utilizan cifrado criptográfico para garantizar su titularidad, asegurar la integridad de las transacciones y controlar la creación de unidades adicionales.

Las criptomonedas no existen en el mundo físico, no están reguladas ni controladas por ninguna institución y no requieren de intermediaros en las transacciones. Las criptomonedas son posibles gracias a la tecnología blockchain que permite un registro contable seguro en un libro mayor llamado ledger que garantiza la integridad y seguridad de los datos en una cadena de bloques que no permite el borrado ni la adulteración. Ver Filosofía Blockchain
En resumen, una criptomoneda es dinero digital respaldado por tecnología blockchain que es un sistema descentralizado.